Pat (Bradley Cooper) es un joven adulto recién liberado de una institución mental gracias a su madre que se compromete a hacerse cargo de él después de haber sido diagnosticado con transtorno bipolar; fue encerrado por haber golpeado al amante de su esposa Nikki y a raíz de ello, ella giró una orden de restricción en su contra. El objetivo de Pat es recuperar a Nikki y su vida anterior. En el camino conoce a Tiffany (Jennifer Lawrence), una chica con problemas no menos importantes debido a la reciente muerte de su esposo.
Silver Linings... me pareció una genialidad desde el guión, lo que a mi me ha gustado de David O. Russell es que participa como escritor además de director; la forma en que profundiza e intensifica las emociones humanas con actores que además le imprimen un toque sumamente personal a cada personaje. Prácticamente hace adaptaciones a la medida de cada actor que elige, lo cual desde mi punto de vista es evidente en la calidad del producto final al menos a nivel dramático. Creo que parte de ser un excelente director es saber lucir a los actores y este es un muy buen ejemplo.
De entrada, desde el minuto uno le creí a Bradley Cooper, desde ahí me enganché, simple y sencillamente era Pat, el hombre atormentado por sus confusiones y malestares. La atmósfera está llena de ansiedad desde un principio, me contagié de algo que no sabía que era, me envolví en las circunstancias y olvidé al simplón que hacía de personajes vanos y vacíos. Su actuación estuvo de MARAVILLA. Pasando a Robert DeNiro, siempre lo amo y calculo que siempre lo amaré, así que para mi, su participación fue una garantía de calidad absoluta, su personaje, igual o más atormentado que su hijo, con un transtorno Obsesivo Compulsivo desesperante para el espectador, en un ambiente familiar con las mismas características. De esta manera para cuando la película llega a Tiffany (personaje que dio el Oscar a Jennifer Lawrence) ya se está preparado casi para cualquier tipo de locura, bien podría ser una psicópata... pero no, de ahí el filme se mantiene en una especie de limbo sin perder el control.
El final me pareció como implosivo, de repente uno como espectador entra al juego enfermizo de la bola de locos en pantalla y deseamos que, por ridículos que parezcan, lleguen a su cometido. En resumen, SLP me pareció una mezcla muy afortunada de comedia, drama y psicopatías varias, me encantó.
Hasta la próxima película!!
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