domingo, 26 de junio de 2011

Película 60: Dial M For Murder

Me cayó muy bien de entrada la atmósfera de la vieja escuela del cine, fue como una nostalgia que sé que no viví en carne propia en su momento pero ahhh me gustó tanto ver los créditos de inicio con letras enormes y su respectiva música instrumental sumamente dramática. Dial M For Murder va de lo siguiente:

Tony Wendice (Ray Milland) es un tenista retirado después de decidir sacrificar su carrera para salvar su matrimonio con su millonaria esposa Margot (Grace Kelly). Margot invita a su viejo amigo y amante Mark Halliday (Robert Cummings) a pasar unos días con ellos en Londres. Es entonces cuando Tony decide buscar a Lesgate (Anthony Dawson), un viejo compañero de la universidad para con su ayuda poder asesinar a su esposa y quedarse con su fortuna, ya que después de mucho tiempo de haberlo planeado, por fín tiene la estrategia para el crimen perfecto.

Si hay algo que me encantó de Dial M for Murder fue el hecho de que, debido a que está basada en una obra de teatro, efectivamente es obvia y SUMAMENTE teatral, la locación es en un 95% del tiempo un pequeño departamento y oh sorpresa no provoca claustrofobia (al menos a mi no me la provocó en ningún momento) ni deseos de salir al aire libre por unos momentos. Incluso la genialidad del guión da para que por más de 20 minutos todo se centre únicamente en una conversación entre Tony y Lesgate sin la intervención de nadie más, ni de ningún elemento extra, todo respaldado por tomas geniales que alimentan el suspenso y lo interesante de la trama. Pocas veces en el cine se ve desde un principio explicado lo que va a suceder a lo largo de la trama y aún así se espera con mucha emoción el poder ver cómo se desenvolverá todo.

Ahora, no sé si estoy en un día de maldad pero en las dos películas que he visto hoy simpaticé muchísimo con el villano y en el caso de Tony, en realidad tenía muchas ganas de que se saliera con la suya. El personaje de Tony Wendice en sí me parece la quinta esencia de lo que es un verdadero villano de cuello blanco, uno que decide no ensuciarse las manos ni un poco y que magistral y maquiavélicamente planea todo desde el asiento de un escritorio mientras sostiene una copa del más fino whiskey esperando ver los resultados... y eso es la onda.

Me encantan las protagonistas gritonas y con carita de buenas de las películas viejas, las que hoy en día ha estado sumamente dificil reencarnar en pantalla, me encantó Grace Kelly como la "víctima" aunque en realidad de víctima no tenía tanto, me encantó Mark, el héroe idealista encarnado por Robert Cummings que junto al esposo da la impresión de ser una bocanada de aire fresco e inocente.

En si hubo un tiempo de mi adolescencia que fui super fan de las novelas de Agatha Christie y ésta película me recordó muchísimo a esas tramas llenas de misterio y del siempre suspicaz y excéntrico detective dispuesto a resolver el crimen (Inspector Hubbard encarnado por John Williams) con el típico bigote cual Hércules Poirot... ahh pero qué bueno era Alfred Hitchcock!!

Buenísima película!



Hasta la próxima película!!

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